Te ronda una idea, no dormís, te llegan las imágenes de lo cotidiano, la gente te habla del tema y no podés dejar de pensar en él, porque es exactamente de lo que querés hablar. Ahí está en ciernes un nuevo proyecto creativo y lo único que te queda es: seguirlo, confiar, hacerte un diario de trabajo y empezar a registrar todo. Aprovechá tu insomnio y estudiá en tus horas más lúcidas del día: la madrugada. No te queda otra opción que seguir tu pasión y contagiarla por doquier. El cuerpo es sabio y así como te habla de las maneras más insólitas posibles, así te traerá la solución para hacer realidad tu idea.
La producción de una idea creativa requiere tenacidad y audacia: rodearse del equipo creativo justo e inspirarlos, tocar las plataformas de apoyo con inteligencia y sobretodo ser absolutamente transparente con tu necesidad para que así llegue al mundo exterior. Lo demás viene solo... Todo lo que pase de aquí en adelante ayudará al futuro público a imaginar tu mundo.
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